Me levanté de suerte y mi día fue estupendo. De esos memorables quizás. Es raro, pero recuerdo haberle dicho a un amigo, que el acervo popular suele ser el más sabio. Al volver a casa y darme cuenta de mi felicidad, simplemente sonreí, una vez más dándole paso y sacándome el sombrero por la ironía. Esa sensación tan extraña que a veces reconforta y otras veces te pierde en la nada.
"Poco es tanto, cuando poco necesitas". Qué cierto
No hay comentarios:
Publicar un comentario